No soy de derechas ni de izquierdas, y aunque lo fuera, los
partidos mayoritarios de este país, sean de un bando u otro, no me representan
en absoluto. Sí, digo de un bando u otro y no de una ideología u otra, porque,
en realidad, son dos bandos enfrentados sin ningún tipo de vínculo a ideología
alguna; y por ese mismo motivo tampoco he puesto lo de un bando u otro entre comillas, porque si algo habría que poner
entre comillas es que representan una ideología. En realidad, si esto es a lo
que llaman democracia o parlamento, me da la sensación que dista mucho de la
idea original que tenían los griegos.
La idea de este blog es intentar cambiar las cosas, porque a
estas alturas, ya me avergüenzo de ser español, sí, nunca creí que iba a decir
esto, pero es así. Esto parece una república bananera más que un país europeo;
o como decía un amigo, España es el país más avanzado de África.
Así que, o hago un último intento por intentar ayudar a que esto
cambie o me voy de él, porque yo no me siento ahora mismo un miembro del mismo,
porque la mayoría de las cosas que veo no son lo que se esperaría de un país
del primer mundo, y porque esas políticas y actitudes nos están arrastrando a
un abismo a muy corto plazo de tiempo; aunque a la mayoría de españoles les
suene al cuento del lobo.
Mi labor profesional siempre ha estado relacionada con el
mundo de la empresa y la formación, y en los últimos años, más todavía. Hace ya
unos cuantos años, un poco antes de que empezara esta crisis, y dando formación
a un grupo de personas, hablábamos de los principios básicos de la economía. En
aquel momento, les decía que la burbuja inmobiliaria iba a reventar, y que la
vivienda caería entorno al 30% en los siguientes años. No soy ningún gurú de la economía, y mis
conocimientos sobre el tema son muy limitados, pero aunque tampoco soy
matemático, sé que 2+2=4. Existen algunos principios económicos que son
universales, que nunca fallan, aunque algunas veces nos olvidemos de ellos. Uno
de estos principios es la ley de oferta y
demanda. Dicho de otra manera, si sobran compradores los precios suben, y
si faltan los precios caen. SI los pisos suben y suben llega un momento en que
los compradores ya no tienen capacidad para poder comprarse una vivienda y
estas dejan de venderse. Y cuando alguien quiere vender un piso, como los
compradores son pocos, no le queda más remedio que bajar el precio; y esto, más
que economía, es sentido común.
Nadie me creyó en aquel grupo, ni en muchos otros grupos,
mejor era pensar que todo iba a seguir en dirección ascendente. Alguna de las
personas de estos grupos me preguntaron: ¿Y
si lo que dices es verdad, porque los bancos, las constructoras y el gobierno
no hacen nada al respecto? ¿Es que ellos no son capaces de verlo? ¿O es que tú
eres más listo que ellos? Las respuestas a estas preguntas eran sencillas
salvo una. Las constructoras grandes lo sabían y ya habían empezado a trasladar
su negocio a otros países emergentes, hablo de algunas como ACS, FCC, etc. Los
que no lo sabían eran los pequeños, los que se habían apuntado recientemente a
la fiebre de la construcción y creían que todo
el monte era orégano. Esos son los que cerraron. Los Bancos no querían
saberlo, ganaban más dinero del que podían contar, así que si venía una crisis,
tendrían dinero para cubrirse las espaldas, y si había que embargar algún piso,
pues tampoco pasaba nada, y si todo esto no llegaba, papa Estado no los dejaría
caer, vamos, negocio redondo (si alguno está pensando en montar un negocio que
monte un banco porque si te va mal ya te rescata el gobierno), y si no daba
igual, ya que los directivos se irían del banco con sumas millonarias, como
finalmente sucedió; estos nunca sufrirían la crisis. Por último estaba el
gobierno. Aquí me quedaba un poco sin respuesta. Evidentemente no podían ser
tan incompetentes. Además tienen cientos de asesores. ¿Por qué no hacían nada?
Bien, pues ahora lo entiendo. Resulta que salen los papeles de Bárcenas y vemos
cantidades ingentes de dinero procedentes de empresas como ACS y similares, y
por supuesto, las correspondientes comisiones en cuentas en Suiza. Ahí estaba
el quiz de la cuestión (No olvidemos que fue Aznar el que aprobó la ley de
suelo). Por eso no hicieron nada, simplemente antepusieron sus intereses a los
nacionales. ¿Y en el caso de Zapatero?
Supongo que por un lado sería lo mismo que con los del PP, pero además era una
persona muy egocéntrica. Solbes le enseña economía a Zapatero en un curso
intensivo para que pueda ejercer sus labores de presidente, y al final, el
alumno se cree que sabe más que el maestro, imponiendo sus propias decisiones
por encima de las de Solbes, hasta que
éste dimitió.
Y ahora, ¿Por qué no hacen lo correcto ahora? A mí me
resulta difícil de entender. No sé si es pleitesía a la Merkel (Rajoy necesita
siempre alguien a quien rendir pleitesía, antes fue Aznar y ahora Merkel. Su
nivel de liderazgo, en lo que a competencias se
refiere, tiende a cero) o es que siguen chupando dinero de algún sitio
(De hecho a los del PSOE parece que lo de los EREs no les vino del todo mal).
La cuestión es que no se puede hacer peor. No existen recetas milagrosas ni
express, pero ahí están los principios básicos de la economía, aunque de eso
mejor hablamos otro día.
Resumiendo, con este blog
busco dos posibles cosas. La primera es que, independientemente de
ideologías, y hablando siempre desde el sentido común, todo aquel que tenga
alguna idea de cómo cambiar las cosas la exponga aquí, no sólo en el campo de
la economía, sino en cualquiera que pudiese hacer que las cosas funcionasen mejor en este país.
La idea es que las podamos discutir en este foro para que queden aquellas que
sean mejores o más viables para ver si llegasen a algún político que quisiese
hacer algo con ellas. La otra alternativa sería que el volumen de participación
fuese tan alto que este foro pudiese ser la base de una plataforma ciudadana o,
incluso, de un partido político que realmente viese por los intereses del país
y cambiase las cosas, y dónde los mejores fueran los que estuviesen gobernando
y por fin sirviese para algo. No me entusiasma la idea del partido pero no
queda más remedio que jugar con sus reglas.